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Estamos transitando una época en donde las posibilidades de compararnos se multiplicaron debido al uso de las redes sociales. Mi círculo de seguidores ronda los 25 años en promedio. Y en esta interacción que se genera noto muchísima ansiedad por lograr resultados inmediatos o en el corto plazo. Le adjudico esto a la ansiedad que están provocando las redes sociales y hoy tengo algunas reflexiones al respecto.
Primero pongamos en contexto: estuve leyendo un informe publicado por la Royal Society for Public Health en conjunto con Young Health Movement que está titulado: «Status Of Mind, examining the positive and negative effects of social media on young people’s health» (Estado de la Mente, examinando los efectos positivos y negativos de los medios sociales sobre la salud de los adolescentes). Y uno de los indicadores más preocupantes está conectado con lo que venía notando:
Las tasas de ansiedad y depresión en los jóvenes han aumentado un 70% en los últimos 25 años. Y el uso de redes sociales está relacionado con un incremento en las tasas de ansiedad y depresión, con trastornos del sueño, y con problemas de autoimagen.
«Status Of Mind, examining the positive and negative effects of social media on young people’s health»
La ansiedad es un sentimiento que si lo sabemos controlar puede servirnos como una herramienta para ponernos en marcha sobre algo que queremos. Pero el problema es cuando esa ansiedad se vuelve recurrente y no nos permite tomar decisiones conscientes por la necesidad de lograr un resultado ya. Ahí está el problema de cuando lo instantáneo rompe con el objetivo de largo plazo.
Los creadores de contenido tenemos que ser muy cuidadosos con el mensaje que damos. Es por eso que hago tanto hincapié en mis contenidos sobre la planificación y el pensamiento de largo plazo. Nada que crece a velocidades extremas es sustentable si no se piensan las bases y las raíces.
Desde el lado de la audiencia de estos creadores, debemos empezar a dominar el pensamiento crítico para navegar por Internet. Cuando observes los resultados de alguien también investiga el desarrollo que hay detrás: ¿cuánto tiempo le llevó? ¿qué habilidades tenía para crear eso? ¿qué contexto tenía para lograrlo?
Cuando creas planes realmente pensados al menos para los próximos 5 años, podes controlar mucho mejor la ansiedad. Si queres resultados extremos en el próximo año, probablemente la pases mal. Es cuestión de perspectiva. La ansiedad generalmente surge cuando la expectativa está muy alta, el tiempo es muy corto y nuestras ganas de conseguirlo están puestas en la expectativa.
Los grandes resultados se construyen con procesos de aprendizaje profundos y largos. Teniendo eso en mente estoy seguro que cualquier persona puede construir lo que quiere. El abandono de un proyecto o emprendimiento está muy conectado con la frustración por no generar resultados. La consecución de objetivos nunca es lineal y hacia arriba, tiene altibajos que van construyendo el peldaño que sigue.
Si tu objetivo es construir algo propio, debes entender que lleva tiempo. A veces me preguntan:
— Fede ¿cómo creaste tus empresas?
Y mi respuesta suele ser:
— Empecé a los 17 a crear cosas que no funcionaron, y llevo 10 años creando y construyendo alrededor de mi marca personal. No es magia, es disciplina de largo plazo.
Desarrollá el pensamiento crítico, observa con detenimiento aquellas cosas que brillan en Internet y desconfia. Observa el trasfondo, el tiempo que llevan y todo lo que tuvieron que pasar para lograr resultados. Ahí están los verdaderos aprendizajes. Si solo observamos la foto final, vamos a creer que es fácil y que en poco tiempo podemos lograrlo: eso atrae la ansiedad a tu vida.
Y esto recordalo para cualquier ámbito de la vida: nada que se acelere fuera de su crecimiento natural suele ser sustentable a largo plazo.
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