El largo plazo nos beneficia.

A veces por querer lanzar algo a gran velocidad no aprendemos a manejar correctamente. Es como acelerar un auto de 0 a 100, sin conocer el terreno y/o cómo se maneja el mismo.

Entonces lo más sano para nuestro negocio -y para nosotros-, es pensar en el largo plazo. Y a veces, tenemos que perder algo en el corto plazo, para ganar en el largo.

¿A qué me refiero?

  • A que a veces hay que hacer una devolución de dinero a un cliente sin hacer preguntas, para brindar una atención excelente.
  • Dar la razón a un cliente aunque creamos que no la tenga, porque a veces es más lo que perdemos por discutir que lo que podemos ganar.
  • Hacer pequeñas cosas todos los días -aunque no veamos grandes resultados-, para que si tengan un fuerte impacto en el tiempo.

Si queremos hacer algo nuevo para algún proyecto debemos pensar si realmente tendrá un buen impacto en el futuro, y si está alineado con nuestros principios y objetivos macro.

Construí en negocios que perduren a lo largo del tiempo, que sean auténticos. Que sean transparentes. No vendas promesas irreales, porque impactarán en el futuro de tus proyectos.

«Se necesitan 20 años para construir una reputación y 5 minutos para arruinarla. Si piensas sobre ello, harás las cosas de forma diferente».

Warren Buffet