La única validación de un producto es la gente comprándolo.

Muchas veces las personas validan su idea «hablando con potenciales clientes». Pero seamos honestos: ninguna idea está 100% validada hasta que las personas sacan su tarjeta de crédito y pagan por ella.

Es por eso que yo soy un defensor de crear productos que cumplan con las funcionalidades básicas y salir a venderlos para entender cuál es el feedback real del mundo.

No creo en construir negocios durante meses sin tener ningún cliente de pago y luego de mucho tiempo de trabajo sacarlo al mundo para obtener feedback. Prefiero hacer un producto un tanto más básico y conseguir mis primeros clientes para obtener feedback real y luego de ello mejorarlo.

Es por eso, que a veces buscar financiación es algo riesgoso. Ese dinero que ingresa nos quita el foco de lo principal: que el negocio haga dinero. En cambio, cuando necesitamos ese dinero para pagar cuentas y herramientas que utilizamos, nos esforzamos por hacer lo principal de cualquier negocio: conseguir clientes que realmente hagan que el negocio funcione.