El cambio sucede cuando tenemos el control.

Acabo de terminar en sólo dos días un libro que se llama Hábitos Atómicos. James Clear me enganchó desde la primer historia que cuenta en el libro. Pero hoy no voy a hablar de hábitos. Vengo a hablar de uno de los conceptos que trata dentro del libro: tener el control.

Cuando logramos estar en la instancia de tener control sobre como reaccionamos a las cosas que están dentro de nuestro dominio, cambia absolutamente el juego.

Por ejemplo, hace un tiempo decidí cambiar el dominio que tenía sobre mis finanzas. Lo primero que hice fue ser consciente de que necesitaba mejorar este aspecto, para poder distribuir mejor mis ingresos en las diferentes áreas de mi vida.

Entonces, luego de tomar conciencia del problema, decidí buscar consejo en quien yo admiraba en ese sentido. Aprendí sobre el tema y lo convertí en un hábito. Hoy puedo decir que tengo control sobre mis finanzas y eso me permite tomar decisiones con absoluta claridad.

Y esto aplica a cualquier ámbito de tu vida. Desde ya no podemos controlar variables externas que impactan sobre nosotros, pero si podemos entender cómo reaccionamos a ellas para mejorar.

Mi técnica es la siguiente:

  1. Tomar conciencia de que hay un área a mejorar.
  2. Encontrar específicamente qué queremos mejorar de ese área.
  3. Buscar alguien que nos pueda hacer más corto el camino al resultado.
  4. Ejecutar inmediatamente.
  5. Volverlo un hábito.

El momento en que somos conscientes de que tenemos el control sobre un área, la toma de decisiones mejora rotundamente. Lo vivo todos los días.

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