Habilidad del pensamiento opuesto.

Los antiguos filósofos estoicos como Marco Aurelio o Séneca realizaban regularmente un ejercicio conocido como premeditatio malorum , que se traduce en una «premeditación de los males».

El objetivo de este ejercicio era imaginar las cosas negativas que podrían suceder en la vida. Por ejemplo, los estoicos imaginarían cómo sería perder su trabajo y quedarse sin hogar o arruinar su reputación y perder su estatus en la sociedad, entre otras tantas cosas.

Los estoicos creían que al imaginar el peor de los casos antes de tiempo, podrían superar sus miedos a las experiencias negativas y hacer mejores planes para prevenirlas. Si bien la mayoría de las personas se centraron en cómo podrían lograr el éxito, los estoicos también consideraron cómo manejarían el fracaso. ¿Cómo serían las cosas si todo saliera mal mañana? ¿Y qué nos dice esto sobre cómo debemos prepararnos hoy?

Esta estrategia es fundamental para ejecutar regularmente.

De hecho, hay un ejercicio llamado kill the company que lleva a los equipos de una compañía a pensar en alguno de los proyectos que tienen en marcha, como si hubiese fracasado por completo. De esta manera se intenta encontrar aquellos factores que podrían llevar al proyecto hacia el fracaso con el fin de buscar soluciones antes de que suceda.

El beneficio de realizar estos ejercicios de imaginar escenarios extremos nos permite preparar respuestas a los potenciales problemas del futuro. Es otra manera de analizar la solidez de una idea.