Las grandes empresas tecnológicas están construyendo sus propias ciudades privadas.

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¿Alguna vez viste esas películas de ciencia ficción donde se construyen ciudades cerradas con tecnología de otro planeta? Bueno, algo similar está sucediendo. Y de alguna manera es repetir la historia (ya lo veremos al final).

Facebook está invirtiendo en Menlo Park, y Google está haciendo lo mismo en San José. Y si leemos entre líneas, están construyendo ciudades para sus trabajadores (teniendo en cuenta el alto valor de los alquileres en la zona de California).

Pero esto comenzó ya hace un tiempo… Google fue de esas primeras empresas que creó oficinas lo suficientemente divertidas como para que cualquiera deseara trabajar allí.

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Eos Interiors

Google como pionero.

Crearon espacios dentro de las oficinas como para mantener a sus empleados más tiempo dentro: servicio de desayuno, almuerzo y cena gratuitos con grandes chef, cuidado de los niños, posibilidad de llevar tus mascotas, etc. Por lo que trabajar en Google se destacaba por encima de cualquier otra empresa.

Pero luego surgieron las primeras competencias…

Los espacios de co-working.

En Estados Unidos, hubo una gran crisis en 2008. Generó despidos masivos. Estos despidos hicieron que la gente se reinvente y comenzaran a despegar los trabajos freelance. Y ahora, estos trabajadores freelance comenzaron a necesitar espacios donde trabajar fuera de sus hogares.

De esta manera, los espacios de co-working comenzaron a suplir esa necesidad de ser una oficina para quienes no tenían oficina. Y se vieron beneficiados por una ola de viajeros que comenzaba a asomar…

Los nómadas digitales.

Estas personas, no sólo obtenían el beneficio de un espacio cómodo para trabajar mientras se encontraban de viaje. Sino que también obtuvieron una comunidad con quien interactuar y generar vínculos estando tan lejos de casa.

Y luego surgen los co-living.

Y en ese instante, los dueños de co-workings se dieron cuenta que podrían crear un servicio más vertical. Si realmente querían crear comunidades deberían tener a las personas más tiempo dentro de su área. Y aparecieron los famosos co-living. Espacios donde podías vivir y trabajar, ahorrando en el precio global del valor de contratar ambas cosas por separado.

Pero en el área de San Francisco, donde están los gigantes tecnológicos, los alquileres comenzaron a aumentar a un nivel casi imposible de pagar. Aquí un detalle en USD:

Lo primero que intentaron hacer las empresas tecnológicas fue subsidiar parte del alquiler de sus empleados, pero se volvió insostenible. Entonces tomaron una decisión en base a la innovación, su esencia.

¿O esto ya lo vivimos?

Ciudades privadas para trabajadores tecnológicos.

Simulación sobre la ciudad de Facebook en Menlo Park

Es imposible que Menlo Park pueda decir que no a Facebook, ya que es uno de los principales inversores en infraestructura de la ciudad. Y San José ya le brindó el sí a Google:

«La visión de Google de un desarrollo integrado en San José se alinea con las aspiraciones de la Ciudad, las agencias de tránsito, los vecindarios circundantes y las empresas del centro de una arquitectura extraordinaria, diseño urbano, sostenibilidad ambiental, servicios minoristas, transporte público y espacios públicos vibrantes»

El alcalde Sam Liccardo, el vicealcalde de la ciudad y otros tres miembros del consejo escribieron en una carta al diario San Jose Mercury News.

Entonces…

Las ciudades privadas de empresas tecnológicas ya están convirtiéndose en una realidad de los próximos años.

Pero esto ya existía…

Lowell se considera la primera ciudad de empresa de EEUU. CorbisHistorical / Getty Images

Los hermanos George y Richard Cadbury movieron su fábrica de chocolate del centro de Birmingham (Reino Unido) a un zona rural cercana donde apenas había algunas granjas. 15 años más tarde, en 1893, no solo habían levantado la fábrica, sino que habían planificado y comenzado a construir un pequeño pueblo, con jardines y centros de formación para los empleados. Hoy en día, esta ciudad, Bournville, sigue albergando la sede de Cadbury’s y además cuenta con unos 26.000 residentes.

Esta es una de las ciudades que algunas empresas comenzaron a construir para sus empleados a partir del siglo XIX, primero en el Reino Unido y en Estados Unidos. El primer ejemplo americano se considera que es la ciudad de Lowell, en el nordeste, fundada en 1823 por la compañía textil del mismo nombre que cerró a mediados del siglo XX.

Con la revolución industrial, el modelo fue extendiéndose por todo el mundo, como explica Víctor Muñoz Sanz, investigador en urbanismo industrial y tecnológico en la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos). Estos proyectos a menudo se situaban lejos de las grandes ciudades, e incluían residencias y servicios de sanidad, educación y ocio, abriéndose poco a poco a terceros como bares y comercios. En algunos casos las empresas cumplían una función a la que no llegaba el Estado, a la hora de ofrecer servicios e infraestructuras en un contexto de crecimiento.

Fuente: https://verne.elpais.com/verne/2019/06/20/articulo/1561026041_802038.html

Entonces…

¿La historia se repite?

Pero…

¿Qué sucedería si estas micro-ciudades comienzan a volverse cada vez más grandes? ¿Y si tuvieran beneficios que las principales ciudades no? ¿Las grandes corporaciones pasarían a tener cada vez mayor relevancia en la política y decisión de los países? ¿Y si estas pequeñas ciudades se independizaran?

Son preguntas hipotéticas sobre el futuro, que me encanta hacerme.